jueves, 17 de julio de 2008

"EL PELÍCANO" - ARTE SACRO - Óleo sobre madera - Medidas: 1.20 x 0.80 cm

El presente trabajo fue realizado para llevar a cabo una materia importante dentro del plan de estudios del IPAT (Tandil) llamada "PROYECTO" supervisada por el Profesor PABLO VIANA.

El objetivo era generar una obra pictórica y ofrecerla como donación a alguna empresa u organización que la expusiera a la vista del público asistente. En mi caso particular, la donación se realizó a la Parroquia "Nuestra Señora del Carmen" de la ciudad de Tandil.

El Arte Sacro tomó, de la misma naturaleza, la acción del pelícano para representar a Jesús. El pelícano, cuando está en momento de necesidad y no tiene para darles alimento a sus polluelos, se abre el enorme buche con su pico. Con el contenido del buche y su propia sangre, forma una pasta con la que alimenta a sus hijos. Él muere en este acto... para salvar a sus hijos. De ahí que se toma esta imagen para representar a Cristo.

Para realizar esta obra, tomé características del Bizantino y del Gótico, dos etapas muy importantes en la Historia del Arte Sacro. Del Bizantino, tomé el colorido característico (verdes, amarillos, dorados), el ámbito irreal que lo rodea y la estructura un tanto "naif". Del Gótico, la imitación del vitral y la geometrización.

Compositivamente, el ave está rodeado de un halo dorado y de líneas que representan haces de luz. Estas líneas confluyen en el triángulo rojo, que representa la herida mortal, la que se encuentra en el centro de los ejes, denotando su importancia.

En la mayoría de las iglesias, he podido ver la imagen del pelícano tallado en sobrerrelieve en los Sagrarios. Allí aparece el ave, en el momento de alimentar a sus hijitos, aleteando pues se acerca la muerte... y allí están sus polluelos con sus piquitos abiertos esperando el alimento salvador.

En este caso particular, en mi pintura, omití incluir a los hijos... pero fue adrede... mi propósito era que llegara al espectador el mensaje de que TODOS NOSOTROS OCUPAMOS EL LUGAR DE ESOS POLLUELOS, esperando el alimento del alma, ese alimento que nos salvará de la muerte eterna, si nuestro espíritu está con Jesús.

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